El Poder de Crear y la Motivación Personal.

Publicado por el 17/01/2018. Categoría: Blog

“La manera de empezar es dejar de hablar y empezar a hacer”

Walt Disney

Todos tenemos dentro nosotros el poder de crear. Y lo mejor de todo es que esta capacidad es independiente del tiempo: tenemos el poder de crear lo mismo cuando somos niños que en el ocaso de nuestras vidas.

El poder de crear solo depende de nuestros cerebros, y eso nos separa del resto de los animales que habitan la tierra. Para crear no importa ser grande o pequeño, rico o pobre, culto o analfabeto. Constantemente estamos haciendo asociaciones, valorando ideas, trazando estrategias, soñando con lo que nos gustaría lograr mañana…estamos creando. El problema no está en el poder de crear: la cuestión radica en que queremos crear.

La diferencia entre los castillos de naipes y los de piedras

Obviamente, si estás leyendo un artículo sobre motivación personal para emprendedores, es que has decidido tomar las riendas de tu vida y lanzarte a la aventura de alcanzar la independencia económica y la libertad de hacer lo que realmente te gusta. O sea, este es el momento en que decides utilizar el poder de crear tu propio futuro.

Si le preguntamos a todos los emprendedores “¿qué es lo que deseas crear con tu empresa?” un gran por ciento responderá sin dudas “mucho dinero”. Y es casi seguro que todos ellos fracasen a la corta o a la larga, porque su poder de crear está mal enfocado.

Aunque esto parece una contradicción y puede que te confunda, tú no creas dinero. El dinero lo imprimen los países, y no es más que un medio de pago por un producto o servicio. Tú recibes dinero cuando el consumidor adquiere el  producto o servicio que brindas. Mientras más exclusivo o de mayor calidad sea lo que ofertes, mayor será el beneficio que obtengas.

¿Hacia dónde crees entonces que debe enfocarse tu poder de crear?

Cuando estás a cargo de una empresa siempre tienes que estar enfocado en hacer lo que haces de la mejor manera posible, en lugar de estar pensando en cómo ganar más y más dinero. Poco a poco, te irás dando cuenta que las ganancias son un mero efecto del éxito, y no el éxito en sí mismo.

Ser creativo en lo que se ama

Detrás de cada historia de éxito de un gran emprendedor, siempre el poder de crear está estimulado por una pasión. A Walt Disney no le gustaba el dinero: le apasionaba dibujar. Si Bill Gates no hubiese sido un fanático de la electrónica y la computación, nunca se hubiese convertido en el hombre más rico del mundo.

Los negocios que triunfan son aquellos que impulsan los que aman su trabajo y lo hacen de la mejor manera posible. Da igual si es una casa, un servicio de marketing, una cena exquisita, una obra de arte o un auto: el ser humano está programado para reconocer entre algo chapucero y hecho por obligación y un trabajo realizado con gusto y con calidad. Y lo prefieren por encima de las cosas que no están hechas con ganas.

La pasión en lo que hacemos es lo que nos diferenciará de la competencia.

Y te advierto, querido amigo: no siempre lo que estudiaste es por fuerza lo que te apasiona. Yo empecé mi camino como emprendedor con una empresa de restructuración que no fue tan bien, pero tampoco tan mal… pero aunque fue lo que estudié, no era lo que me apasionaba.

Mi mundo era la gastronomía, y cuando decidí poner todo el poder de crear en lo que realmente me gustaba fue cuando comencé realmente a caminar la ruta del éxito en la que todavía ando.

Tengo un amigo  que desde los 15 años escribía, pero dejó en pausa su pasión buscando un empleo más seguro en el campo de las ciencias naturales. Aunque a la larga fue reconocido como un importante científico, hoy en día dirige una agencia de publicidad, escribe a diario, tiene importantes contratos y es más feliz y próspero que nunca.

El poder de crear y la motivación personal

Los budistas dicen que el karma se moldea a través de tres acciones fundamentales: pensamiento, palabra y acción.

Es importante que busques dentro de ti mismo que es lo que realmente te apasiona y piensas que puedes hacer con alegría y calidad. Luego que ya tienes el objetivo para enfocarte, piensa en la forma en que puedes monetizar esa idea y dirígete a quienes podría interesar.

Es bueno también que comentes tu idea con personas de tu entera confianza. No tanto por los consejos que te puedan dar, que pueden ser buenos o malos. No para buscar aprobación, porque la gran mayoría de la gente vive en el pesimismo y te dirán automáticamente que estás loco y que nunca vas a triunfar. Habla de tu idea para organizar tus propios pensamientos: cuando expresamos verbalmente lo que queremos con claridad, estamos reafirmando nuestra propia determinación.

Por último e igual de importante, el emprendedor tiene que estar preparado a transformar lo que creó en su mente en la más absoluta de las realidades. No será un camino fácil ni libre de obstáculos. Tendrás que trabajar muy duro y muy bien, preocuparte y ocuparte de lo que estás haciendo ahora y lo que vas a hacer mañana y tendrás que sacrificar muchas cosas para llegar a tus objetivos.

¿Crees que sólo el dinero que ganes te puede mantener en constante acción para que tu emprendimiento avance? Amigo mío, lamento decirte que no. A pesar de que en la medida que hagas bien tu trabajo podrás empezar a rodearte de algunos pequeños lujos, la motivación personal de llegar hasta dónde tu poder de crear ha marcado la meta es lo que te mantendrá en movimiento.

Piensa en tu empresa como si fuese un motor, y tú el ingeniero que con su poder de crear lo ha construido. La motivación personal es el aceite que lubrica todas las partes y hace que el motor marche de forma suave y continua. Pero el trabajo mantenido y el esfuerzo diario son la gasolina imprescindible para qué llegues hasta dónde quieras.