“La motivación no te servirá para sacar

adelante un proyecto, no es suficiente.

Es la disciplina la que lo hará”.

David Cantone

Como líderes de nuestro emprendimiento, debemos imponer una disciplina en nuestros empleados que garantiza que nuestro negocio marche de forma eficiente y ordenada.

Mientras muchos directivos aplican la mano de hierro para que sus empleados cumplan con su deber, esto no crea un espíritu de trabajo positivo ni el sentido de pertenencia que se requiere para que cada trabajador se sienta una parte importante del emprendimiento, y ponga toda su capacidad a su servicio. La política de castigo-recompensa (también llamada “el garrote y la zanahoria”) no es inteligente en los tiempos que corren.

8 consejos para una Disciplinando de forma positiva

Para muchos emprendedores, nuestros empleados son como nuestros hijos. Y como ellos necesitan disciplina, pero para formar valores y ser mejores trabajadores y personas. Por ello, más que disciplinar es necesario educar, y esto no se logra con amenazas ni presiones, sino con inteligencia emocional.

1. Establezca límites claros y apéguese a ellos

Es imprescindible que cada trabajador sea informado de las normas disciplinarias de la empresa de forma explícita. Estas deben aparecer anexos al contrato de trabajo y han de ser firmadas por los trabajadores, previo de disponer un tiempo adecuado para su análisis y estudio. De esta forma, al ser necesario aplicarlas, no habrá margen a discusión ni quejas.

1. Advierta y señale

Antes de aplicar una medida disciplinaria, acérquese al trabajador y señale el error, para que él tenga margen a corregirlo. De esta forma le enseña autocontrol.

1. No solo critique, también elogie

Esto refuerza la confianza en sus trabajadores, que le percibirán no como un jefe autoritario, sino como líder justo.

1. Explique sus expectativas

Las medidas disciplinarias no pueden aplicarse por “ordeno y mando”. Estas deben ser sustentadas por causas reales y válidas, las cuales deben comunicarse y razonarse con los empleados. Hablando de la importancia de los valores y normas de la empresa, reforzamos la percepción de los trabajadores de la necesidad de las medidas disciplinarias.

1. Prevenga los problemas

Ninguna indisciplina laboral seria ocurre de la noche a la mañana, sino que son el resultado de estímulos o situaciones negativas. Comprenderlas y eliminarlas evita tener que llegar a situaciones en donde se deba aplicar el código disciplinario.

1. Sea coherente

Ante una violación manifiesta de la disciplina o las normas contenidas en el reglamento disciplinario, aplique de inmediato la sanción correspondiente. Esto no es ser severo, es ser justo. Es hacer exactamente lo que alertó antes que haría.

1. No sea muy severo ni muy flojo

Asegúrese de que la sanción se adecué a la falta. Si es muy severa parecerá a los ojos de los demás como un abuso de poder, si es demasiado ligera parecerá un favoritismo para con el indisciplinado.

1. Las sanciones cortas educan

Una sanción disciplinaria no es un régimen carcelario, sino una forma de educar a un trabajador que es de por sí un activo valiosos para la empresa. Una sanción muy larga genera más malestar que reconocimiento de la falta, que hace que seamos vistos como el enemigo.

Siguiendo estos consejos sencillos, revise de forma crítica su forma de impartir disciplina en su empresa. Notará que en poco tiempo su emprendimiento comienza a funcionar de manera más eficiente en una atmósfera de disciplina positiva.